"EL MILLONÉSIMO CÍRCULO" de Jean Shinoda Bolen

“EL MILLONÉSIMO CÍRCULO” de Jean Shinoda Bolen

El nacimiento de Venus (La Nascita di Venere)

Sandro Botticelli, 1484

Temple sobre lienzo • Renacimiento

Es un libro en el cual se invita a las mujeres a formar círculos espirituales basándose en la Teoría de la Resonancia Mórfica del biólogo  Rupert Sheldrake,que postula que la conducta de una especie cambia cuando las modificaciones dentro de ella alcanzan un nivel crítico,es decir,cuando se manifiestan en un número exacto de sujetos.

El centésimo mono es un relato que inspiró a los activistas antinucleares a seguir hacia adelante cuando la voz del sentido común decía que la carrera armamentista era imposible de detener.

La versión más extendida de  este relato es la que escribió Ken Reyes,Jr. y que dice así:

Durante treinta años,un número de científicos se dedicó a estudiar las colonias de monos que habitaban diversas islas,separadas entre sí,en las inmediaciones de las costas de Japón.A fin de hacer que los monos bajasen de los árboles para poder estudiarlos de cerca,los investigadores solían arrojar boniatos en la playa a modo de cebo,y cuando los monos acudían a saborearlos,los investigadores tenían ocasión de observarlos cómodamente.Un día una mona de dieciocho meses a la que llamaban Imo,lavó su boniato en el mar antes de comérselo.Seguramente lo encontró más agradable al paladar. Enseñó a hacer ésto a sus compañeros de juego y a su madre,y paulativamente fueron cada vez más los monos que siguieron esa costumbre.Al principio sólo las hembras adultas,a imitación de sus crías,aprendieron a hacerlo,pero poco a poco,otros aprendieron también.

Al cabo de un tiempo,los científicos se dieron cuenta de que todos los monos de la isla habían  adquirido esta costumbre de lavar sus boniatos antes de echárselos a la boca.Pero,aun cuando éste era de por sí un hecho significativo,fue más fascinante descubrir que aquella alteración de la conducta no se había producido en esta isla únicamente,sino que de pronto,los monos de las demás islas habían empezado también la misma conducta de lavar los boniatos a pesar de que nunca había existido contacto directo entre las colonias de monos de unas islas y otras.

El centésimo mono era el hipotético mono que anónimamente había inclinado la balanza de forma decisiva para la especie.

“NAMASTÉ”

(“La divinidad que hay en mí saluda a la divinidad que hay en ti”)

(La diosa que hay en mí contempla a la diosa que hay en ti”)