Christakis y Fowler, dos de los teóricos de las redes sociales más reconocidos del mundo, exponen en este libro una nueva visión sobre las Redes Sociales, cuyas conclusiones surgen del análisis de los recientes descubrimientos que en este campo se ha realizado en materias como la sociológica, sanitaria, matemática, política, económica, psicológica y, cómo no, tecnológica.
Los autores argumentan que sólo podemos comprender cómo somos y cómo nos comportamos si entendemos como estamos conectados. Las relaciones humanas crean redes sociales cuyas propiedades tienen efectos concretos en nuestra vida cotidiana. Los autores defienden en el libro la teoría que denominan Regla de los Tres Grados de Influencia: personas que se encuentran a tres grados de nosotros nos influyen más de lo que podríamos siquiera imaginar, aunque no los conozcamos directamente
Stanley Milgram, y el famoso experimento de los seis grados de separación. Cada grado de separación es una relación dentro de una red: mi amigo (un grado), el amigo de mi amigo (dos grados), el amigo del amigo de mi amigo (tres grados) y así sucesivamente. El experimento de Milgram es una curiosa comprobación de que, de hecho, el mundo es un pañuelo: envió una gran cantidad de cartas a Nebraska, en E.E.U.U., con la intención de que llegaran hasta el despacho de un hombre de negocios en Boston, a más de 2.000 kilómetros de distancia. Los ciudadanos de Nebraska que participaron, sin ninguna relación con el destinatario, debían reenviar la carta al conocido que tuviese más oportunidades de conocer al objetivo. Tras revisar los envíos, Milgram calculó que la media era de seis grados de separación, es decir:
el amigo del amigo del amigo del amigo del amigo de mi amigo.
En el 2002 Duncan Watts, Meter Dodds y Roby Muhamad decidieron reproducir el experimento a nivel mundial, usando el correo electrónico. Curiosamente, el resultado fue el mismo: seis grados.
Y los resultados no quedan ahí: las investigaciones en el campo sobre los núcleos de las redes (aquellas personas que poseen muchas mas relaciones que la media, como el 5% en la investigación anterior) prometen extrapolaciones a campos como la medicina (la transmisión de enfermedades), la publicidad, las ventas, ¡incluso la transmisión del miedo ante crisis económicas! Parece haber unos principios rectores tras el aparente caos de las redes, ciertas normas ocultas tras las marañas de datos y sucesos aparentemente aleatorios.
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