Vivíamos en el centro de la ciudad,yo no quería que mis hijos tuvieran que estar desplazándose en el autobús del colegio .Además para ir a clases extras era mucha pérdida de tiempo,por lo que resultaría en aburrimiento y consecuentemente,la no asistencia a ellas.
Pensaba que una iniciación a la música,informática y artes marciales,sería muy beneficioso para su futuroEs por ello que hasta que no obtuvieron el carné de conducir e ingresaron en la universidad,no nos decidimos a mudarnos a una casita que mi marido tenía diseñada hacía muchos años ,para cuando llegase la oportunidad de poder irnos a un lugar con vistas a una montaña y a un poquito del mar.
¡Por fín podíamos realizar el sueño de nuestras vidas! Vivir en un lugar paradisíaco,mis hijos estaban encantados.Pero teníamos que tener un perro,al tener un terreno alrededor de la casa,siempre es aconsejable tener alguno de ellos para que avise que hay alguien que se aproxima o algún animal que salte la valla.
Teníamos que buscar un perro de raza grande y decidimos ir a la protectora de animales a recoger uno.Aunque lo vacunamos de todo lo habido y por haber, a los pocos días se puso muy enfermo.Lo llevamos al veterinario y lo encontró tan mal, que aprovechando que le tocaba esa noche estar de guardia en la clínica, nos aconsejó que lo dejásemos allí para poder tenerlo con los sueros pertinentes.
Me dio tanta pena,que de madrugada fui a verlo.No se podía hacer nada,estaba muy débil y yo le puse mis manos sobre su lomo con todo el cariño del mundo.Me habían iniciado en el conocimiento de la energía reiki y apliqué mis conocimientos con todo mi amor.
De momento el animalito se quedó tan inmóvil que el veterinario me dijo: “ya ha llegado el momento”.Fué a tomarle el pulso y se quedó muy extrañado,todavía latía su corazón.
Regresé a casa ,y al día siguiente cuando fui a la veterinaria.me encontré que “RON”,como le pusimos de nombre,estaba comiendo.La mujer del veterinario me dijo que su marido le había contado que yo le había aplicado alguna técnica de relajación o algo parecido que había hecho reaccionar al perro de una manera extraordinaria.Yo no le había comentado nada a él, ni él tampoco me preguntó.Pero sí que se había dado cuenta y se lo había dicho a ella.
Dese entonces,mi relación con “Ron” fue algo especial.Siempre me miraba con un amor y dulzura,difícil de describir,como agradecido a mi comportamiento con él.
Como mi marido y yo,dábamos clases particulares en casa,pues el perrito se hizo amigo de todos nuestros alumnos.Ellos aprovechaban a jugar con él antes y después de las clases.Por ello,siempre se quedaban más tiempo en el jardín que el necesario.Muchas veces venían los padres y tenían que esperar a sus hijos,porque jugar con Ron era tan necesario como el estudiar para ellos.Cosa que admito y apoyo incondicionalmente como necesidad para los niños.
Fue una época maravillosa,pero como todo lo que vivimos,temporal.Vinimos o a Valencia a pasar unas navidades y un infarto se llevó a mi marido del plano físico.
Abandoné mi casa y me mudé a Valencia.La tristeza me inundó,y al no poder tener a “Ron” en un piso pequeño,y no poseer la fuerza suficiente para poder pasearlo,con todo el dolor de mi corazón,se lo regalé a un amigo que tenía un terreno y que me aseguró que no iba a estar solo.Pensé que allí podría jugar y ser feliz.
Pero no fue así,”Ron”a los quince días amaneció muerto sin tener ninguna enfermedad.Yo sé bien lo que le pasó,murió de tristeza,de amor hacia nosotros,de nostalgia de sus amigos.Su corazón estaba con todos y al no poder compartirl toda su grandeza físicamente,decidió partir con los ángeles, y con ellos disfrutar de la felicidad de amar sin medida.
GRACIAS “RON” POR HABERNOS ENSEÑADO TODO LO QUE UN ANGEL NOS OFRECE:
AMOR,AMOR,AMOR
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